Tipos
de basura. Hay distintos criterios
para clasificar los distintos tipos de residuos que producimos todos los días, siendo que el más general y difundido de todos es el que
distingue a la basura según su composición.
La basura se clasifica de acuerdo con el tipo de
material de desecho, que puede ser orgánico o inorgánico.
De esta manera tenemos la basura
orgánica, toda la
que proviene de los seres vivos y no ha cambiado su naturaleza, en
oposición a los productos industriales.
Los
desechos orgánicos son aquellos que pueden ser degradados por acción biológica,
y están formados por todos aquellos residuos que se descomponen con el tiempo
para integrarse al suelo, como los de tipo animal, vegetal y todos aquellos
materiales que contengan carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Es decir
provienen de la materia viva e incluyen restos de alimentos, papel, cartón y estiércol.
También está la basura
inorgánica, originaria de la industria y opuesta por definición
al tipo anterior: a este orden pertenece toda la inmensa gama de productos cuya
materia prima si bien proviene de la naturaleza fue modificada
por el hombre a través de un proceso de elaboración.
La basura inorgánica están
formados por todos aquellos desechos no biodegradables, es decir, aquellos que
no se pueden descomponer (provenientes de la materia inerte); éstos pueden ser plástico, vidrio, lata, hierro, cerámica,
materiales sintéticos, metales, etc. La mejor manera en que podemos tratar este
tipo de basura, es reciclándola.
La basura también se puede clasificar según el tiempo que tardan sus materiales en degradarse por la acción de los organismos descomponedores llamados bacterias y hongos. Así, los desechos se clasifican en biodegradables y no biodegradables.
La basura también se puede clasificar según el tiempo que tardan sus materiales en degradarse por la acción de los organismos descomponedores llamados bacterias y hongos. Así, los desechos se clasifican en biodegradables y no biodegradables.
Los desechos biodegradables se descomponen en forma natural
en un tiempo relativamente corto. Por ejemplo: los desechos orgánicos como los
alimentos, tardan poco tiempo en descomponerse. La fracción biodegradable o
putrescible, (por ejemplo desechos de alimentos, papel, etc.) puede ser
sometida a compostaje. El
compostaje es un proceso biológico controlado de descomposición aeróbica acelerada
de los materiales orgánicos. Se puede hacer una comparación entre la combustión
(oxidación química) y el compostaje (oxidación biológica). En ambos procesos el
carbón presente se oxida (química o biológicamente respectivamente) y si la
combustión es completa se tienen como productos dióxido de carbono (CO2), agua
(H2O) y energía en forma de calor.
Los
desechos no biodegradables no se descomponen fácilmente sino que tardan mucho
tiempo en hacerlo. Por ejemplo: el vidrio tarda unos 4.000 años, el plástico
tarda de 100 a 1.000 años, una lata de refresco tarda unos 10 años y un chicle
unos cinco años.
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